La mayor disponibilidad y la oferta de emociones a través del oído y la imaginación hacen que el formato crezca un 22,7% en el último año
Que la lectura está de capa caída, en especial entre los más jóvenes, es un triste hecho que no escapa a nadie. Demasiados estímulos en una sociedad hiperconectada y en la que parece que nunca hay tiempo para nada. Dejarse llevar en el sofá por las intrigas de una novela policiaca sin más interrupciones que el tic tac del reloj suena ya a casi ciencia ficción; el móvil, un WhatsApp, las redes sociales… Sin embargo, la propia tecnología que está asfixiando la lectura tradicional, parece estarle devolviendo a la vida, aunque no de la manera que inicialmente se pudiera imaginar.
Son bien conocidas las ventajas que ofrecen los libros electrónicos y sus compactos lectores, mediante los cuales uno puede llevar interminables horas de lectura en un formato mínimo. No obstante, de entre las nuevas formas de disfrutar un libro que nos ofrece la tecnología, una de ellas está rompiendo moldes y creciendo de forma ininterrumpida desde hace ya varios años: los audiolibros.
En el último informe publicado por la Audio Publishers Association (la organización sin ánimo de lucro que estudia la edición de audiolibros en Estados Unidos, se destaca abiertamente el exponencial crecimiento de este formato: en concreto, un 22,7% en 2017 con respecto al ejercicio anterior, y lo más llamativo es que aumenta de forma sostenida desde hace varios años ya.
¿En qué consiste un audiolibro y por qué va seduciendo con cada vez más intensidad a los lectores? Básicamente, es la conversión literal del libro en papel en formato de audio; aunque conviene matizar esta explicación, puesto que no se trata únicamente de la lectura literal del texto, sino que se imprimen emociones a la voz narradora. De hecho, un reciente estudio llevado a cabo por la University College londinense ha revelado que las emociones que se viven con un audiolibro superan con creces a las que se sienten al ver la televisión.
Los oyentes de audiolibros participantes en el estudio arrojaron mayores niveles de pulsaciones y temperatura corporal en determinadas secuencias del libro que en un equivalente en formato televisivo. La explicación que encontraron los autores del estudio consistió en que la recreación por parte del lector de la escena, adquiría mayores niveles de realismo y emociones que si ésta viene ya representada en la pantalla.
Otra de las claves que explicaría el éxito del formato reside en su conveniencia: uno puede disfrutar de su autor favorito mientras pasea con el perro, conduce o incluso practica deporte, aunque sorprendentemente, estos no son los escenarios habituales de uso de un audiolibro. Javier Celaya, máximo responsable de Storytel en España explica que el pico de lectura tiene lugar “entre las 11 y 12 de la noche y desde al cama”, un dato que sugiere que el consumidor del formato de audio traslada el hábito de lectura convencional a este formato.
Storytel ofrece un modelo similar al de Netflix y otras plataformas: con el pago de una suscripción mensual, el abonado puede disfrutar de todos los audiolibros que desee. “Nuestra media de consumo es de casi dos libros al mes por abonado”, con lo que el modelo traería a cuenta para quienes lean más de un libro al mes. La plataforma ha comenzado además a ofrecer contenido exclusivo para sus abonados y cada vez es más frecuente que autores de prestigio se animen a publicar sus obras inicialmente en este formato, como es el caso del autor de best sellers Michael Lewis, cuya última obra ha sido publicada únicamente en formato audiolibro.
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