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250 empleados de Microsoft solicitan cancelar contrato de gafas HoloLens para el ejercito

¿Es ético que las compañías tecnológicas vendan sus productos a los militares, para usarse en situaciones de guerra? ¿Debería especificarse en el contrato de los ingenieros que participan en la creación de dichos productos? Cerca de 250 empleados de Microsoft han enviado una carta a Satya Nadella, presidente ejecutivo de la compañía, pidiendo que cancele el contrato con los militares para la venta de gafas de realidad mixta HoloLens 2, que serán usadas en combate.

Microsoft firmó hace unos días un contrato de 480 millones de dólares con el ejército norteamericano para la venta de hasta 100.000 gafas HoloLens.

El ejército norteamericano las usará tanto en entrenamientos, como en combate real. Precisamente la armada americana publicó hace unos meses este vídeo en donde muestra cómo se usan las gafas de realidad aumentada HoloLens en situaciones reales de combate:

La cuestión es complicada porque los ejércitos de todo el mundo usan la tecnología más avanzada disponible, y eso incluye ordenadores, software, móviles, y telecomunicaciones.

Al mismo tiempo, muchos de los productos tecnológicos que usamos hoy en día tienen un origen militar, como la propia Internet.

Un grupo de trabajadores de Microsoft, que se ha agrupado con el nombre de MS Workers 4 Good (Trabajadores de Microsoft por el Bien), han enviado una carta a Satya Nadella, firmada por más de 250 empleados, en la que le piden que Microsoft rompa el contrato con el ejército y la compañía se ajuste a las regulación de un comité ético independiente:

Estos trabajadores argumentan que nadie les dijo que trabajarían para crear armas que se utilizarán en situaciones de guerra: «Estamos alarmados porque Microsoft vaya a proporcionar tecnología armamentística al Ejército de los Estados Unidos, ayudando a un gobierno de un país a ser más mortífero utilizando las herramientas que nosotros hemos creado», indica la carta. «No firmamos nuestros contratos para desarrollar armas, y demandamos que nos informen sobre cómo usan nuestro trabajo«.

La petición continúa: «Muchos ingenieros contribuyeron a HoloLens antes de que este contrato (con los militares) existiera, creyendo que se usaría para ayudar a los arquitectos e ingenieros a construir viviendas y coches, que enseñaría a la gente cómo realizar una operación quirúrgica, o cómo tocar el piano«.

Ha sido Satya Nadella el que ha defendido el contrato, argumentando que «no vamos a cancelar un contrato con instituciones que hemos elegido en democracias que protegen las libertades que disfrutamos«.

Es, sin duda, una situación compleja, porque una cosa es vender software que se usa para controlar ordenadores, y otras unas gafas de realidad aumentada HoloLens que, por ejemplo, ayudan a apuntar cuando se dispara un arma. ¿Debe el ingeniero que ha fabricado esa tecnología, ser informado de su uso?

 

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