El DRM (Digital Rights Management) ha sido siempre, para los usuarios finales, una polémica tecnologÃa que evita que determinados contenidos con derechos de autor (música, pelÃculas o libros digitalizados) sean copiados y compartidos libremente entre la comunidad. Básicamente, un software que lucha contra la piraterÃa.
Para la industria de los contenidos, sin embargo, el DRM o gestión de los derechos digitales es uno de los pocos mecanismos de control que tienen para asegurarse que los autores -y las empresas con derechos- reciban un pago por sus obras distribuidas por medios digitales. Ahora, Google introduce esta tecnologÃa en sus aplicaciones de la tienda Google Play Store. ¿El motivo? La seguridad.
El blog de desarrolladores de Google se publicó el martes pasado un artÃculo en el que anuncia que la tienda de aplicaciones Android incorporará metadatos DRM en todas sus aplicaciones. Según Google, el cambio forma parte del anuncio que hicieron en diciembre para mejorar la seguridad de las aplicaciones que distribuyen en su plataforma.
Con el añadido de los DRM en todas las APK que distribuye en la Google Play Store, Google dice asegurarse que los «desarrolladores lleguen a una audiencia mayor», al mismo tiempo que verifican la autentificación de las aplicaciones no distribuidas por los canales oficiales, incluso cuando el terminal donde se instale la aplicación no disponga de conexión online.
El cambio de polÃtica en la tienda de aplicaciones permitirá que las apps que se hayan distribuido de manera offline (especialmente en aquellos paÃses donde la escasez de una buena conexión, o los precios de los planes de datos, impide descargar directamente desde la tienda oficial) opten a las actualizaciones oficiales OTA tal como lo harÃa una app descargada de modo habitual.
¿Cómo afecta este cambio al usuario final?
Los desarrolladores ganan un canal de distribución de confianza más y los usuarios tienen un poco más de libertad para acceder a APK’s fuera de la tienda de aplicaciones y poder instalar las APK con la misma seguridad.
El DRM en las aplicaciones garantiza que, incluso cuando hemos descargado la aplicación fuera de la tienda oficial de Android, esta llega al terminal final sin modificaciones de terceros que puedan hacer peligrar la integridad del sistema Android de cada usuario.
Lejos de tratarse de un nuevo caso de intento de control de la industria (en este caso, de los desarrolladores de apps) para evitar que su contenido se comparta libremente, se supone que este cambio se limita a ofrecer más seguridad tanto a desarrolladores como usuarios.
No solo las aplicaciones con DRM se pueden verificar e instalar tranquilamente en cualquier dispositivo Android, sino que estas aplicaciones, aun cuando sean instaladas desde fuera del sistema, entrarán a formar parte de nuestra librerÃa.
Con ello, las apps externas se actualizarán igualmente a través de la Play Store, se podrán compartir con otros dispositivos Android que formen parte de nuestra LibrerÃa Familiar (con hasta seis dispositivos) y serán compatibles con la aplicación Google Play Games del modo habitual.
Dos dudas se desprenden de este cambio que Google empieza a aplicar en sus aplicaciones. Por un lado, queda pendiente comprobar hasta qué punto las empresas desarrolladoras de aplicaciones podrÃan usar el DRM para, en un futuro, limitar nuestro acceso a las aplicaciones (por ejemplo, una vez haya pasado un tiempo de la compra e instalación).
Eso podrÃa abrir las puertas a una especie de «fecha de caducidad» para nuestras aplicaciones, o métodos de control similares, que permitirÃan a los desarrolladores crear claves de autenticación nuevas que dejen obsoletos los permisos que hayamos adquirido.
Por el otro lado, las aplicaciones verificadas fuera de la tienda de aplicaciones nos ahorrarÃan, a falta de confirmación oficial, el tedioso paso de activar la opción «Instalar aplicaciones desde orÃgenes desconocidos» que cambió en Android Oreo. En este sistema, ahora, hay que dar permiso a cada APK para instalarse.
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